martes, 17 de septiembre de 2013

El reloj de arena, por momentos, recuperaba grano a grano toda la que por el diminuto agujero salía, el tiempo retrocedía, muy mala señal.

¡Qué extrema estupidez! Derramar tanto por tan poco, por un dolor que pasa pero pesa.
Mi corona y todo mi reino por volver a escuchar su voz y que suene suave como antes, que no deje de amarme y perdone mi venganza por aquellos que no poseen ni espada ni honra.

La mala suerte y la mala gestión de mis consejeros hicieron de mi reino una pérdida constante, deposité mucho mando en los que no querían prosperidad para mi legado, quién esperaría tal fin .

No todo podía ser calaña aunque ya nada era igual, tenía espejos por todas partes, me aterraba lo que pudiera encontrar a mis espaldas y mi mano derecha inconscientemente sujetaba un puñal que acostumbró a venir siempre a mi lado.

Cuando él llego todo era distinto, aunque parte de mí blandiera la defensiva pura y dura que descansaba a ratos.

No es fácil tapar el sabor de lo amargo pero por qué no pensar que detrás de un "NO" lleno de matices negativos puede encontrarse un "SÍ" abierto a la prosperidad y a la libertad de tu espíritu.

Es difícil ¡No me lo repitas! pero hemos andado este camino muchas veces y merece ser tapiado para encontar nuevas sendas que nos traigan todo tipo de experiencias, volveremos a sufrir de eso no cabe duda pero si él está a tu lado será menos la desdicha y más próspero el triunfo.

Los hay que no merecen protagonismo en tu historia, deja de reflejar sus nombres en el reparto de tu vida.

 


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