lunes, 9 de junio de 2014

Requiem

Descanso que no muerte.

Sin lagrimas, sin desesperación ni añoranza por lo que se fue.
No lamentes la perdida si nunca quisiste propiedad, solo quieres la verdad y no la tuviste, entonces, camina.

Hoy estas letras desordenadas van por cada alma, una por una, aquellas que confundieron bondad con ingenuidad, ¡Qué torpeza!.
A aquellas que no quisieron ser sino aparentar.
A quienes guardé sus secretos en mi tumba y no traicioné ni bajo su traición.
A los que buscan un minuto de gloria infinito.
A los vanidosos disfrazados de humildes.
A los que no conciben rumbo ni meta.
A los que beben lágrimas de una causa sin fundamento.
A los que tienen mala memoria.
A los que han muerto en vida.

Sin coronas de flores marchitas, sin ficción y sin máscaras.

Y después del descanso, de nuevo a la vida... No hay tiempo que perder.








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