sábado, 17 de marzo de 2012

Las dos Historias


Érase una vez... una niña que fue al campo a buscar mariquitas, entre las margaritas silvestres, buscaba y buscaba sin encontrar el hallazgo de lo que tanto deseaba, cansada y bastante desolada decidió desistir en la búsqueda y aprovechando el día soleado se echó una plácida siesta en el espesor de la hierba.

Caida la tarde la niña desperto, cúal fue su sorpresa ¡Estaba llena de mariquitas! estas recorrían su cuerpo, las sentía por todas partes y no pudo evitar las lágrimas de felicidad.

A veces malgastamos demasiado tiempo buscando algo, a veces tan ocupados y centrados que no logramos ver las oportunidades, no dejamos que nos sorprenda nada o nadie.

Como desear casualidades si no dejamos que ocurran...




Aquel día tras mucho tiempo internada en casa, decidí dar un paseo sola, con el alma muy rota y caminando delante mía había chico que pegaba "post it" en las paredes de las fachadas de la calle lumbreras con frases como "Extraño tus manos acariciando mi pelo", no suelo hablar con desconocidos pero sentía que no tenía nada que perder y que sin conocerle teniamos demasiado en común. Tocó mi hombro y aunque empecé a sentir miedo al mirar sus ojos bajé la guardia, me invitó a mirar las notas que le había dedicado, ella se había ido y él ya no sabía como expresar su dolor. Arrancó una nota y me la dió, aún la conservo. Al despedirnos le desee su recuperación y él sin saber me deseó exactamente lo mismo, no sabía nada pero vio lo mismo que yo.

En lugar de escribir notas escribía por todas partes, agendas, trozos de papel, el fotolog...



¿Por qué justo hoy cuento estas historias?

La primera llegó a significar mucho peró también llegó a albergar un gran dolor. De la segunda hacen ya dos años, no sé lo que aconteció en la vida del chico pero al igual que yo, espero que recuperara todos sus trozos y llenara su corazón de notas hablando en presente.

Ambas estuvieron muy relacionadas y es buena señal que hoy me hagan sonreir, que sean una batalla ganada.

Prometí quedarme con lo bueno, lo prometido es deuda.

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