viernes, 16 de marzo de 2012

Recompensas...

Habían sido días bastante intensos, Presentamos nuestro proyecto empresarial, una idea en la que hemos trabajado desde septiembre y ahora teníamos que vender el resultado a toda la clase y a nuestra profesora, como empresarias y emprendedoras con gran aceptación y apoyo.

Al final de la semana llegaba la hora de enfrentarse a esa asignatura que tenía atragantada y a la que yo tampoco caía muy bien, estaba segura de que si quería aprobarla me iba a costar sudor y lágrimas.

Tras mañanas y noches de estudio, redbull (no pienso volver a tomarlo en mi vida) y mucho machacar el temario vinieron las lágrimas de alegría del aprobado y ante un "no es para tanto" respondí "si tu supieras".

Teníamos sesión de cine pero no podíamos con nuestra vida así que lo pospusimos, espero no se nos pase, y cenamos entre conversaciones profundas con mi gran amiga. Llegué a casa, tomé una infusión y me senté tranquilamente con mi madre y Homercillo.

Y aquí estoy entre bostezos, quizás no sea un día demasiado relevante, quizás todavia no soy consciente de lo que está por venir, no obstante para mí es muy significativo, quería recordar este día durante mucho tiempo, no es bueno acordarse siempre de las derrotas, de los versos más tristes, de las no oportunidades... Hemos de recordar las victorias, premiar el esfuerzo y brindar (y bien brindado cuando tenga la oportunidad) por las recompensas.

El futuro es incierto, pero el presente está en nosotros, sólo el arma de reconstrucción masiva del amor está en nosotros y ese es el único dios y doctrina al que hay que seguir. Volverá de la mano de las musas.

Siento entrar donde no debo, te juro que no volverá a pasar, que me quedaré muy quietecita, casi invisible.

Nunca antes lo había intentado, siempre hay una primera vez...


Puedo obviar los versos más tristes esta noche...

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