En el piloto ocurre una cosa, si la "serie" te atrae a primera vista decides seguir echando un vistazo al primer capítulo que puede hacer que tus espectativas se vean cumplidas y le des la oportunidad o que la descartes sin pensarlo dos veces. El resto es más relativo puedes seguir viviendo esa "serie" con buenos capítulos y capítulos en los que los protagonistas no estén tan inspirados.
Cerrados, la trama termina y te preparas para una nueva historia.
Abiertos, asuntos sin resolver, tramas incompletas, te cuesta empezar uno totalmente distinto si todavía sigue abierto el anterior. Lo bueno de estar abierto es que cuando el creador lo quiera puede cerrarse, o convertirse en final y decisivo.
Tenemos más de uno abierto, eso me hizo escribir esto, una tarde cualquiera vas por la calle y el aire mece una florecilla, una buganvilla, pierde a cada momento más y más altura hasta que te das cuenta que estratégicamente se cuela en tu mano. Me gustaba estar en el sitio apropiado en el momento justo y ya me había olvidado, tenía episodios abiertos que no me dejaban seguir mi trama, en este caso no fueron los hechos, fueron las palabras que no dije, el desacuerdo que no demostré, la decepción que no liberé...El error de las cuatro paredes... pero, uno puede enmendarlo si ya lo arregló antes.
¿Qué fue del amuleto? Lo tengo guardado, por si algún día vuelve lo bueno ;)
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