martes, 3 de abril de 2012

Ciao!

Sin duda, mi orgullo es más fuerte que todo esto y es realmente una pena.
No muerdo a nadie a no ser que las circunstancias den permiso, sin dejar huella física.
Yo, de poca fe, había roto con la costumbre, con muchas de mis costumbres.

De qué servirá decir lo que uno piensa si el interlocutor hace mutis por el foro y me deja de bruces en el suelo.

Si había prometido no creer en nada ni nadie, me bajé en la estación en lugar de quedarme quietecita en mi asiento fija en la vida que acontecía fuera.

No quería hacerme a la idea de que hay algunos anclados en el doloroso pasado, que ese no perdona y no permite caminar alguno. Decidí dejarlo atrás porque la convivencia con él era nefasta, si hubiera tenido manos hubieramos llegado a ellas, sin dudarlo.
El pasado te vuelve amargo, ¿Olvidar? es volver a recordar.

Recuerdo aquel día a la perfección; Con un semblante maquiavélico se plantó delante mia y prometió que no se iría de mi lado. Me derrumbé, no pude evitarlo, acepté su compañía y se acurrucó conmigo en el frío suelo dejándome inmovil. De repente algo cambió en mi cabeza y comprendí que ese no era el final si no sólo una transición al resto de mi vida, pude atizarle una patada y levantar todos los pesares con el pasado agarrado a mis pies y con un afilado cuchillo en su cuello lo amenacé para que se fuera bien lejos y no volviera a mirarme de esa forma.

En ese momento te das cuenta de el amor que sientes por ti y de la nueva oportunidad que te estás brindando.

Intenté que fuera posible, pero no voy a dejar que las circunstancias me tiren de nuevo al suelo, hay muchísimo que hacer, conocer, amar, desear... para quedarse quieto.


Será por que es más fácil escribirlo...

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