Palabras Amuralladas

Déjame derribar tu fortaleza de palabras a base de latidos.
Que me condenen si firmo acuerdos con la normalidad,
que conste en el acta del alma de los lectores que no pienso abandonar,
no quisiera ganarme a pulso la incandescencia.

Desistí, es cierto, de batallas con oponentes de armas invisibles,
de verdugos buscando corazones arrancados por la espalda.

Se puede vivir sin corazón, decían, ¿Pero por cuanto tiempo?,
Criogenizados, ¿Qué pasión habitaría su sangre? Ni las células.

Como Otto, estaba llena de preguntas, demasiadas
viviendo a la espera de tantas respuestas, es como la vida, una continua espera.
Quizás yo también debería mandarlas en aviones de papel,
Quizás existan agallas para responder tan solo una...

Algún día, te lo prometo, pintaré esa calle... siempre las cumplo, aunque pinte fatal...



Te sueño horizontal muy a mi pesar...